Faraway (1952), de Andrew Wyeth |
Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio
Exposición en el Museo Thyssen-Bornemisza
Del 1 de marzo al 19 de junio de 2016
Una exposición magnífica por el planteamiento. Organizada por el Denver Art Museum en colaboración con el Museo Thyssen-Bornemisza que ahora la acoge, nos coloca cara a cara la obra de dos artistas, padre e hijo, cuyos procesos de trabajo, aún siendo marcadamente diferentes, tienen mutuas influencias y conexiones evidentes, así como una forma de sentir el arte que parece residir en un modo de vida (acomodado, sin duda) que potencia la creatividad y la disciplina técnica. Los dos artistas de la muestra Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio son Andrew Wyeth (1917-2009), muy popular entre los aficionados estadounidenses y conocido como pintor del pueblo, y su hijo Jamie Wyeth, nacido en 1946, que se ha codeado con algunas figuras esenciales del arte norteamericano de la última mitad del siglo XX.
Andrew era a su vez hijo de otro artista, N.C. Wyeth (1882-1945), muy conocido por sus ilustraciones para algunos libros como La isla del tesoro, Robinson Crusoe o Robin Hood, entre otras, así como muchos trabajos para publicidad.
Trodden weed (1951), de Andrew White |
Puede que Andrew heredara de su padre (del abuelo de Jamie, para no confundirnos) el gusto por el realismo y por la témpera, muy utilizada en los tiempos clásicos de la ilustración, pero este la llevó mucho más allá, convirtiéndola, junto a otras técnicas como el pincel seco, la acuarela, la pluma y el carboncillo, en un alarde técnico y artístico que trasciende el mundo de la ilustración para convertirse en obras de arte propias de museos (clásicos). El realismo que transmite Andrew Wyeth con sus obras conmueve y emociona, con sus arriesgados encuadres (mucho más infrecuentes que los de su hijo Jamie) y sus perspectivas curiosas que centran la atención en detalles a priori insignificantes. Su paleta de colores era moderada, parda, casi neutra, creando una sensación cuasi-onírica en las imágenes realistas que pintó, alejando sus obras de ese hiperrealismo que a veces se confunde con la fotografía. Tanto en los retratos como en los paisajes y algunas escenas bélicas, Andrew conviertía lo aparentemente banal en un discurso narrativo donde parece que una historia relata lo pintado y el aire, en ocasiones enrarecido, sopla entre los personajes retratados.
The islander (1976), de Jamie Wyeth |
Por otro lado, el hijo de Andrew, Jamie, aun manteniendo un importante poso heredado de la obra de su padre, experimenta más con las texturas y los colores, con las técnicas mixtas y con los encuadres centrados, casi simétricos con los que suele retratar a su personajes. Evidentemente, la época en la que han trabajado cada uno de ellos, con sus istmos y escuelas principales, ha influido tanto en la forma de expresarse como en los motivos pintados. Así, Jamie está más en consonancia con las vanguardias que surgieron en los sesenta a remolque del arte pop (uno de sus retratados frecuentes fue Andy Warhol, a quien puede verse en un par de cuadros en la muestra), lo que le llevó a aventurarse más en los temas y a permitirse muchas más licencias estilísticas que las que pudo realizar Andrew, más clásico en las formas.
On the Island of Earraid (193), de N.C. Wyeth |
Si una pega le puedo poner a esta exposición (magnífica y que animo a ver con detenimiento) es la ausencia de alguna obra del abuelo, M.C. Wyeth, quien, aun perteneciendo a una época diferente y no habiendo coincidido en vida con su nieto Jamie, tiene una obra que da muchas pistas de hacia dónde derivó el arte de Andrew y, por conexión genética y educativa, el del propio Jamie. Para remediar esto y modo de capricho, coloco en esta reseña una ilustración suya perteneciente a la serie que hizo para Secuestrado (Kidnapped), escrita por Robert Louis Stevenson.
Puedes hacer una visita virtual por las salas de la exposición pinchando aquí.