miércoles, 27 de abril de 2016

Carrete velado



Irene G Punto
Carrete velado
Aguilar, 2015

¿Será a causa de la crisis económica, del desencanto con la política, de la desafección con un sistema social agresivo e impersonal...? El caso es que la poesía está viviendo una (¿nueva?) edad de oro y parece que la gente está necesitando frenar el paso, detenerse un poco a escuchar, a sentir el roce, a dejarse mimar por las palabras, los sabores, los colores... a sentir sus sentidos.
Carrete velado es signo de nuestros tiempos. Es poesía. Es ciudad. Es comunicación rápida. Es el vértigo de la brevedad. Es imagen. Y también refleja esa necesidad de muchas personas por oir palabras bien pronunciadas, por adornarlas con imágenes que nos seduzcan, por empaparlas de sensaciones cercanas, próximas, conocidas y más atemperadas a nuestros sentires. Y por que sean escuetas, directas, sin necesidad de circunloquios innecesarios...
La periodista y poeta Irene G Punto publica su tercer poemario tras Micropoesía, Macrocorazón y Mercromina (2013) y Punterías (2014), ambos publicados por Torremozas, y sigue fiel a sus premisas literarias: escribir lo que siente, sentir lo que escribe... apuntarlo todo. También Carrete velado refleja el mundo interconectado en el que vivimos, que no necesita de grandes discursos para decir cosas intensas y que, además, espera interactuar con quien te escucha, con quien te lee, con quien te mira. Es poesía de aforismos, de tacto orgánico que no necesita de traducción y que nos despierta la sonrisa, nos suelta una lágrima o nos impele al abrazo y, con todo ello, a compartirlo con los demás, con quienes sienten afinidad por nuestras sensaciones y emociones. Irene nos convoca a una suerte de universo en el que las palabras se funden con las imágenes. Sus poemas se hermanan con fotografías. Sus escritos se reproducen con tipografía que recuerda a la máquina de escribir y las imágenes recuerdan la fotografía analógica. Todo se ralentiza para disfrutar de todo despacio y saborearlo... aunque sus poemas, a veces, solo tengan una línea.
Y como para sentir hay que experimentar, Carrete velado se transforma a mitad del libro en poesía desvelada, en donde Irene G Punto propone sus desvelos para que el lector se deje atrapar por ellos, por uno, por varios desvelos, y realice su propia fotografía, las impresiones emocionales que el poema le haya provocado, sus propios desvelos transformados en imágenes. Y que esa imagen pueda ser compartida con todos a través de las redes sociales. Como antes decía, la poesía se ha hecho de hoy, se ha convertido en uno de los modos más rápidos de transmitir sentimientos profundos ajenos al arisco devenir de la sociedad. Irene nos ofrece la suya con generosidad y confidencia, haciéndonos cómplices de sus palabras, provocándonos para poner imágenes a sus frases, para que recuperemos, entre todos, el gusto por revelar nuestros “secretos velados, varados y vivos”. Y, como apunta Luis Eduardo Aute en el prólogo del libro, lo hace con un lenguaje “transparente, desnudo, árido en adornos retóricos, esencial, y en este caso, por la índole escenográfica del poemario, diría que esenciográfico”.
Como ejemplo, dejo aquí una muestra:

Foto: Roberto Iván Cano
          EufeMISMO de uno MISMO
                Si tu lengua me reconoce que pase, entre, penetre.
                Pero que tenga cuidado con mi suelo. Está mojado.

Puedes ver el booktrailer de Carrete velado pinchando aquí.