Mujer arrodillada (Kneeling Female, siglo XI). The Metropolitan Museum of Art |
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Therigatha. Poemas budistas de mujeres sabias
Selección y prólogo: Jesús Aguado
Kairós, 2016
Dos características hacen interesante a esta recopilación de poemas, según sea el ámbito de interés de quien pueda leerlo. Por un lado, el mundo budista que se retrata en sus textos. Por otro, no menos interesante, la autoría femenina de los mismos. Algo que convierte a esta selección en una de las más antiguas muestras de literatura escrita por mujeres, a la que podemos acceder por primera vez en traducción al castellano.
Therigatha significa, en una traducción más o menos literal del hindi, poemas de ancianas sabias., o de monjas ancianas. En realidad se trata de mujeres que siguieron las enseñanzas de Sidarta Gautama Buda, sabio y asceta de cuyas enseñanzas se fundó el budismo, una religión no teísta que actualmente es la cuarta en número de seguidores en el mundo. Al modo de los apóstoles con Cristo, Sidarta Gautama tuvo una multitud de seguidores que atendieron sus enseñanzas a través de sus relatos y discursos y que las mantuvieron vivas a través de la tradición oral hasta que muchas de ellas fueron transcritas posteriormente, incluso hasta cuatrocientos años más tarde de la muerte del místico.
Muchos de sus seguidores fueron mujeres, que escribieron pequeños textos y que reafirma la idea de que, para el budismo, la mujer estaba a la misma altura que el hombre en el terreno del logro espiritual. La selección de estos textos que se presenta en Therigatha. Poemas budistas de mujeres sabias ha sido realizada por el poeta, traductor y escritor madrileño Jesús Aguado, que ha procurado realizar una selección atendiendo a “criterios estilísticos y retóricos de la lengua castellana” para realzar el carácter poético de los textos. Además, le acompaña una breve reseña biográfica de cada autora, siempre que ha sido posible, ya que de muchas de ellas no hay documentación conocida.
Textos encuadrados en una idea religiosa de la vida, en una constante búsqueda de la perfección y en una voluntaria renuncia a los placeres del mundo para dedicarse a un ascetismo que lleve a la consecución de una hondura espiritual hasta que, pasadas muchas vidas y reencarnaciones, se alcance esa deseada perfección completa. Si nos ponemos a pensar en ello, no parece tan disímil, salvando las distancias culturales y regionales, de los textos espirituales de místicas occidentales, como, por poner un ejemplo, sor Juana Inés de la Cruz o Teresa de Ávila.