miércoles, 30 de marzo de 2016

Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio


Faraway (1952), de Andrew Wyeth

Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio
Exposición en el Museo Thyssen-Bornemisza
Del 1 de marzo al 19 de junio de 2016

Una exposición magnífica por el planteamiento. Organizada por el Denver Art Museum en colaboración con el Museo Thyssen-Bornemisza que ahora la acoge, nos coloca cara a cara la obra de dos artistas, padre e hijo, cuyos procesos de trabajo, aún siendo marcadamente diferentes, tienen mutuas influencias y conexiones evidentes, así como una forma de sentir el arte que parece residir en un modo de vida (acomodado, sin duda) que potencia la creatividad y la disciplina técnica. Los dos artistas de la muestra Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio son Andrew Wyeth (1917-2009), muy popular entre los aficionados estadounidenses y conocido como pintor del pueblo, y su hijo Jamie Wyeth, nacido en 1946, que se ha codeado con algunas figuras esenciales del arte norteamericano de la última mitad del siglo XX.
Andrew era a su vez hijo de otro artista, N.C. Wyeth (1882-1945), muy conocido por sus ilustraciones para algunos libros como La isla del tesoro, Robinson Crusoe o Robin Hood, entre otras, así como muchos trabajos para publicidad.

Trodden weed (1951), de Andrew White

Puede que Andrew heredara de su padre (del abuelo de Jamie, para no confundirnos) el gusto por el realismo y por la témpera, muy utilizada en los tiempos clásicos de la ilustración, pero este la llevó mucho más allá, convirtiéndola, junto a otras técnicas como el pincel seco, la acuarela, la pluma y el carboncillo, en un alarde técnico y artístico que trasciende el mundo de la ilustración para convertirse en obras de arte propias de museos (clásicos). El realismo que transmite Andrew Wyeth con sus obras conmueve y emociona, con sus arriesgados encuadres (mucho más infrecuentes que los de su hijo Jamie) y sus perspectivas curiosas que centran la atención en detalles a priori insignificantes. Su paleta de colores era moderada, parda, casi neutra, creando una sensación cuasi-onírica en las imágenes realistas que pintó, alejando sus obras de ese hiperrealismo que a veces se confunde con la fotografía. Tanto en los retratos como en los paisajes y algunas escenas bélicas, Andrew conviertía lo aparentemente banal en un discurso narrativo donde parece que una historia relata lo pintado y el aire, en ocasiones enrarecido, sopla entre los personajes retratados.

The islander (1976), de Jamie Wyeth

Por otro lado, el hijo de Andrew, Jamie, aun manteniendo un importante poso heredado de la obra de su padre, experimenta más con las texturas y los colores, con las técnicas mixtas y con los encuadres centrados, casi simétricos con los que suele retratar a su personajes. Evidentemente, la época en la que han trabajado cada uno de ellos, con sus istmos y escuelas principales, ha influido tanto en la forma de expresarse como en los motivos pintados. Así, Jamie está más en consonancia con las vanguardias que surgieron en los sesenta a remolque del arte pop (uno de sus retratados frecuentes fue Andy Warhol, a quien puede verse en un par de cuadros en la muestra), lo que le llevó a aventurarse más en los temas y a permitirse muchas más licencias estilísticas que las que pudo realizar Andrew, más clásico en las formas.
On the Island of Earraid (193), de N.C. Wyeth
Lo más interesante de la exposición (aparte de disfrutar enormemente de la altísima calidad de las obras), es el diálogo permanente que parece haber entre padre e hijo a resultas de los trabajos de cada uno, que ambos pudieron ver durante muchos años, influyéndose mutuamente. Fue Jamie, por ejemplo, quien animó a su padre a aventurarse en el desnudo, gáenero que no había tocado casi nunca, cuando este observó el trabajo que sobre ese tema realizaba su hijo. Un cruce de personalidades que lanzaban experiencias pictóricas uno a otro y conformando dos maneras distintas y, a la vez, complementarias de ver el mundo a través del arte.
Si una pega le puedo poner a esta exposición (magnífica y que animo a ver con detenimiento) es la ausencia de alguna obra del abuelo, M.C. Wyeth, quien, aun perteneciendo a una época diferente y no habiendo coincidido en vida con su nieto Jamie, tiene una obra que da muchas pistas de hacia dónde derivó el arte de Andrew y, por conexión genética y educativa, el del propio Jamie. Para remediar esto y modo de capricho, coloco en esta reseña una ilustración suya perteneciente a la serie que hizo para Secuestrado (Kidnapped), escrita por Robert Louis Stevenson.

Puedes hacer una visita virtual por las salas de la exposición pinchando aquí.