Doctor Uriel
Edición completa
Astiberri, 2017

La realización de Sento es, sencillamente, magnífica. Su dibujo, conocido por lo que se denomina línea clara, se detiene en los pequeños detalles, en los gestos y en los afectos de los personajes y está realmente bien documentado, reflejando los entornos reales en los que los sucesos descritos ocurrieron. La historia recorre paso a paso cada uno de los avatares en los que se ve inmerso el joven médico, que siempre trató de permanecer lo más neutral posible para realizar su labor ayudando a los necesitados de atención sanitaria. Claro que, en una guerra como fue aquella, el lugar donde te pilla cuando se inicia, determina de manera despiadada el bando al que debes ser afín, aunque tu vida no tenga nada que ver con bandos de ningún tipo, como las memorias de Uriel parecen demostrar. Una labor dificultada la mayoría de las veces por la escasez de recursos sanitarios y, sobre todo, por la cerrazón mental y la falta de humanidad de muchos de los que, sobre todo, mandaron en el frente de guerra, poniendo en riesgo a las poblaciones civiles.
La obra original del doctor Uriel fue escrita durante la dictadura de Franco y en 1988 vio la luz en una pequeña edición familiar, justo dos años antes de que muriera. Sento, a la sazón yerno de Uriel, tuvo acceso a sus memorias y se sintió “impresionado. Siempre pensé que tenía que hacerlo”, comenta en relación a la creación de esta genial obra de la historieta de alrededor de 400 páginas (lo que ahora viene a llamarse comic-book). Recorrió los lugares donde sucedieron los acontecimientos que se describen en el libro, revisó documentos guardados por la familia Uriel, leyó las cartas que el doctor escribía a los suyos desde el frente de Belchite y otros destinos donde tuvo que desarrollar su labor, y desde la prisión de Valencia en donde estuvo retenido por el frente republicano. Sento ha realizado una impresionante labor de documentación para llevar a cabo esta transcripción a imágenes de un texto tan sensible como inolvidable. Documentación de la que se ofrece un repaso significativo al final del libro, en un capítulo en donde se muestran los documentos reales que ha consultado Sento, fotografías originales que le han servido de inspiración y para localizar los lugares reales donde sucedieron los hechos, además de cartas manuscritas con sus transcripciones que demuestran la gran humanidad de aquel buen doctor que tuvo que combatir contra una de las enfermedades más sanguinarias y terribles que puede padecer el ser humano: la guerra.