Janis
Janis: Little Girl Blue (2015)
99 minutos + 56’ extras. Avalon, 2016
Si hay una imagen imitada hasta la saciedad, una figura que se ha convertido en un icono de la segunda mitad del siglo XX, un icono de libertad, de energía y de sensibilidad a un tiempo, esa ha sido la de Janis Joplin (1943-1970). Su sonrisa y aparente felicidad ante un mundo que cambiaba y se abría a algo aparentemente mejor, contrasta fuertemente con aquella mirada triste y con las canciones desgarradas que interpretaba. Es una de esas artistas míticas que integran el llamado Club de los 27, integrado por músicos que han visto truncada su existencia a esa edad y que, tanto más por su fuerte personalidad y grandes dotes artísticas, han pasado a formar parte del Olimpo de la música popular. Sus canciones son leyendas del rock. Su modo de vida, un paralelo de lo que alguien podría esperar de la verdadera estrella del rock de la época beatnik, de la era de Acuario, del LSD y de los hippies, de la heroína, de la carretera y de la revolución sexual. Su inconfundible voz rota, áspera, rasposa y llena de energía aportó a muchas de las composiciones que interpretó un aire inconfundible de una enorme artista, tan grande y eterna como las más grandes y eternas de toda la historia de la música.
Desapareció pronto, víctima de una sobredosis de heroína (como tantos otros músicos) y muchos de los aspectos de su vida quedaron perdidos en la leyenda. Ahora, el documental Janis, dirigido en 2014 por la directora estadounidense Amy J. Berg, que hace poco tiempo pasó por las salas de cine españolas y ya se ha editado en dvd, nos descubre esos secretos vitales de la fabulosa cantante, que se crecía en los conciertos y que tanto sufría en su vida privada. Una mujer a la que pocos podían seguir por su arrolladora e imponente fuerza personal y por su debilidad emocional, frágil como un cristal a punto de romperse. Tras una infancia bastante desoladora, marcada por su aspecto físico y las burlas constantes que sufría en la escuela, tuvo claro desde muy niña que quería dedicarse a cantar y pronto huyó de la pequeña localidad industrial de Texas donde vivía hacia la entonces efervescente San Francisco, donde pronto comenzó a cantar con la banda Big Brother and the Holding Company, con quienes grabó su primer disco y que, a todas luces eclipsó hasta el punto de que en el segundo disco ya era ella la protagonista principal de la banda.
Janis Joplin fotografiada por Bob Seidemann en 1967 |
A inicios de 1970 parecía que sus problemas de drogadicción estaban quedando a un lado tras un viaje a Brasil y haber conocido allí a David Niehouse con quien formó pareja sentimental. A su regreso se unió al nuevo grupo Full Tilt Boogie Band, propuesto por su productor, con quienes congenió muy bien y pareció disfrutar de los conciertos que ofrecían juntos. Pero cuando estaban terminando de grabar el nuevo disco Pearl, quizás el mejor de su carrera (sin desmerecer los grandes temas que se encuentran en el resto), un momento de debilidad, quizás tras una borrachera, quizás en un estado de excitación después de una sesión de grabación, puede que tras un fuerte sentimiento de soledad al quedarse sola en su habitación... el caso es que se inyectó de nuevo heroína y resultó fatal. Murió el 4 de octubre de 1970 y entró a formar parte de las leyendas de la música, una mujer débil e insegura en lo privado y fuerte, enérgica y con una personalidad arrolladora en lo profesional. Una voz maravillosa que (una vez más) la droga cortó de golpe. El documental Janis, que cuenta con la voz de la cantante Cat Power leyendo las intensas cartas de la cantante, es la historia de esta cantante, un homenaje a esta artista eterna y a aquella voz que siempre sonará en los reproductores (sean los que fueren los que tengamos en el futuro).
Puedes ver el trailer de Janis pinchando aquí.